Para reflexionar:
Para mantener mejores relaciones: no interrumpas abruptamente a quien te habla, conserva tu ecuanimidad. Si te dejas alterar por los demás, perderás tu sentido de la razón y la fuerza de tus argumentos; mantén el equilibrio emocional para reclamar tu derecho al respeto. No descualifiques a tus opositores con insultos ni ofensas, pues aunque tengas la razón... serás el perdedor.
Al despertarte en la mañana, no saltes de tu cama violentamente, hazlo con serenidad, cancela los afanes y desesperos, pues estos provocan desorden y confusión. Cuando actúas con afán duplicas el esfuerzo necesario y corres mayores riegos de equivocarte. La naturaleza es una gran maestra, nunca un minuto tendrá 59 ni 61 segundos, cada cosa a su tiempo y a su ritmo. Cálmate, con calma podrás encontrar más oportunas soluciones.
Si la tristeza te invade, ¡sonríe! Si el sonreír no basta, ¡silba! Si el silbar falla, ¡canta! Busca dentro de ti los muchos motivos que tienes para ser feliz y estar agradecido, la tristeza se irá desvaneciendo como la nieve ante la caricia cálida del sol. Si estás triste, no le des más cuerda al abatimiento, levanta tu ánimo! Actúa como una persona feliz, y esta emoción se irá convirtiendo en una actitud permanente.
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