12 MANERAS DE SER LA MADRE MÁS MALA DEL MUNDO




12 MANERAS DE SER LA MADRE MÁS MALA DEL MUNDO Cuando tus hijos te dicen que 

eres “mala”, debes de tomarlo como un cumplido. No cedas a los caprichos de tus hijos, 

pueden pensar lo peor de ti ahora, pero te lo agradecerán más tarde. La nueva generación 

ha sido considerada la de los niños más perezosos, más groseros, menos limitados y sin 

restricciones en la historia. Las cosas que se dicen sobre los niños malcriados y consentidos 

asustan a la mejor de las madres. La verdad es que: la culpa no es solo de los niños, sino 

también de los padres. Lo más fácil en la vida es acceder a todos los pedidos de nuestros 

hijos. Después de todo, ¿acaso no todas queremos ser la mamá “buena onda”? No cedas a 

los caprichos, tus hijos pueden pensar lo peor de ti ahora, pero te lo agradecerán más 

tarde. Aquí hay 12 maneras para que te asegures de ser la madre más mala del mundo: 

1. Asegúrate de que tus hijos se acuesten a dormir a una hora razonable. ¿Sinceramente 

habrá alguien que no haya oído hablar de la importancia de una buena noche de sueño 

para la salud de un niño? Sé una madre responsable y manda a tu hijo a la cama a su 

hora. Nadie dijo que el niño deba desear irse a dormir. Puede resistirse al principio, pero 

con constancia, va a saber que estás hablando en serio. Después de darle un beso de 

buenas noches, saborea la paz que trae el silencio o disfruta de tiempo de calidad con tu 

pareja.

 2. No les sirvas postre a tus hijos todos los días. Las golosinas deben guardarse para 

ocasiones que lo ameriten. Esto es lo que las hace especiales. Si solo cedes a las demandas 

de tu hijo y le das caramelos todo el tiempo, no va a poder apreciar el gesto cuando 

alguien le ofrezca un regalo dulce de recompensa. Además, piensa en todas las facturas del 

dentista y del médico que pueden resultar por el exceso de esta indulgencia.

 3. Hazles pagar por sus propias cosas. Si quieres algo, tienes que pagarlo. Esa es la forma 

en que funciona la vida de los adultos. Para asegurarte de que tus hijos no vivan contigo 

para siempre, es necesario enseñarles hoy que los aparatos electrónicos, videojuegos, 

salidas al cine, uniformes y equipos deportivos de los que tanto gozan SI tienen un precio. 

Si tienen que pagar por todo o por parte de ese costo, van a apreciarlos todavía más. 

También puedes evitar pagar por algo que tu hijo realmente no deseaba. Si él no está 

dispuesto a pagar la mitad que le corresponde es muy probable que no lo quiera tanto.

 4. No les facilites la vida. Algunos niños tienen un despertar muy difícil cuando consiguen 

un trabajo y se dan cuenta de que las reglas en realidad sí se aplican a ellos. Tienen que 

llegar a tiempo y hacer lo que el jefe les pide. Y, (¡oh no!) habrá muchos aspectos del 

trabajo que ni siquiera les gustan. Si no te agrada el profesor de tu hijo, su compañero de 

laboratorio, la posición asignada en el campo de fútbol o la ubicación de la parada de 

autobús, evita la tentación de hacer un escándalo o de mover palancas con tus contactos 

hasta arreglar la situación a su preferencia. Haciendo esto le estarás robando a tu hijo la 

oportunidad de aprender o sacar algo bueno de una situación difícil. Enfrentar 

circunstancias no ideales es algo que tendrán que hacer la mayor parte de su vida adulta. Si 

los niños no aprenden a manejar y sobrellevar la situación, estarán encaminados al fracaso.

 5. Hazlos hacer cosas difíciles. No asumas control automáticamente cuando las cosas se 

ponen difíciles. Nada les da a tus hijos un mayor impulso de auto-confianza que tomar las 

riendas de la situación y superar algo difícil para ellos.

 6. Dales un reloj y un despertador. A tu hija le irá mucho mejor si aprende la 

responsabilidad de administrar su propio tiempo. No siempre vas a estar ahí para 

recordarle 

que apague el televisor y que debe prepararse para salir y llegar a su compromiso a tiempo.

 7. No te preocupes por comprarles el último modelo. Enséñales a tus hijos a sentir 

gratitud y satisfacción con las cosas que tienen. Si siempre se preocupan por obtener el 

celular más caro y más nuevo estando al pendiente de quién ya lo tiene, vivirán 

encadenados a la deuda y a la infelicidad.

 8. Déjalos saborear las pérdidas. Si tu niño rompe un juguete, no lo reemplaces. Él 

aprenderá una valiosa lección sobre el cuidado de sus cosas. Si tu hijo se olvida de 

entregar 

la tarea a tiempo, deja que se saque la mala nota que le corresponde o que se arregle con 

su maestro con una tarea adicional para compensar el crédito perdido. Estás enseñando a 

tus hijos el concepto de la responsabilidad – acaso no quieres criar hijos responsables? 

Seguro que ellos te recuerdan de las cosas que se te olvidan a ti.

 9. Toma control de la tecnología que usan. Si todos los demás padres dejan a sus hijos 

saltar de un puente, ¿tú también lo permitirías? No dejes que tus hijos vean un programa 

de televisión o jueguen videojuegos que no son apropiados para su edad sólo porque 

todos sus amigos lo han hacen. Si adoptas una postura firme en la educación de tus hijos, 

otros tal vez seguirán tu ejemplo. Sé una influencia positiva en sus compañeros. 

10. Enséñales a que se disculpen. Si tu hija hace algo mal, enséñale a aceptar y confesar el 

error y a enfrentar las consecuencias. No escondas la grosería, la falta de honradez o el 

bullying bajo la alfombra. Si te equivocas, da el ejemplo y come un bocado de tu merecida 

torta de humildad. 

11. Cuida sus modales. Incluso los niños pequeños pueden aprender los conceptos básicos 

de cómo tratar a otro ser humano con respeto y dignidad. Al hacer de la cortesía un 

hábito, les estarás haciendo un favor enorme. Los buenos modales pueden llevarte 

bastante lejos en la vida. Bien dice el dicho: "Se atrapan más moscas con miel que con 

vinagre."

 12. Hazlos que trabajen — de forma gratuita. Ya sea ayudando a la abuela en el jardín o 

como tutor voluntario para los niños más pequeños, asegúrate de que el prestar servicio 

sea una parte importante de la vida de tus hijos. Esto les enseña a mirar más allá de sí 

mismos y a darse cuenta de que otras personas tienen necesidades y problemas, y estos 

son — a veces más graves que los suyos. Y aún con todo el tiempo que pasarás siendo 

"mala”, no olvides elogiar, alentar y recompensar a tus hijos por su buen comportamiento. 

Y también asegúrate siempre de que ellos sepan que los amas. Con un poco de guía y 

constancia de 

sus padres, tus niños pueden cambiar la historia y hacer de su generación una que se 

conozca por su buena voluntad y como una esperanza para el mundo.

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