5 Mentiras que nos han contado los dibujos animados sobre los animales

¿Quién no creció viendo los dibujos animados en la televisión? Pero ¿que crees? Muchos dibujos animados nos han mentido. Ratones que les gusta el queso, avestruces que esconden su cabeza para evitar el peligro o correcaminos más veloces que un coyote. Tantas mentiras, por eso te dejamos la primera parte de: 10 Mentiras sobre los animales que nos cuentan los dibujos animados.


1. A los ratones les gusta el queso. La creencia de que a los ratones les encante el queso y que sirve de cebo para las trampas de ratones es totalmente falso. De hecho no les gusta el queso, y algunos quesos les resultan repulsivos por los fuertes olores que emiten, además de que ellos tienen un olfato muy sensible. La mayoría prefiere granos, frutas y cosas dulces, aunque hay otros que comen insectos y animales pequeños. Los dibujos animados nos han mentido.





2. Los avestruces esconden su cabeza ante cualquier peligro. Contrario a los que nos han contados los dibujos animados los avestruces jamás entierran su cabeza ante el peligro, de hecho, tienen bastantes “armas naturales” para defenderse. Por ejemplo, pueden correr hasta 90km/h dejando a sus depredadores, y para variar la patada de un avestruz puede matar a un léon. El mito surgió, debido a que los avestruces escarban en la tierra para buscar alimento y para enterrar sus huevos.





3. Los perezosos caminan mucho. A decir verdad, Sid le ha dado un toque divertido a la Era de Hielo, pero también hay que admitir que dista mucho de lo que era en realidad un perezoso terrestre, actualmente extinto. El más grande de los perezosos terrestres prehistóricos crecía hasta el tamaño de un elefante moderno y se alimentaba de arbustos y de hojas de las ramas bajas de los árboles. En cambio, los únicos descendientes que subsisten hoy son pequeños perezosos arborícolas, presentes desde el sur de México hasta el sur de Brasil. El perezoso actual pasa la mayor parte de su vida montado sobre las copas de los árboles, y una vez a la semana baja a la tierra para orinar y defecar, es tan lento que sólo logra alcanzar la sorprendente velocidad de 0.2 km por hora. Nada que ver con el perezoso que nos presentan los dibujos animados.






4. Los toros persiguen el color rojo. ¿Alguna vez creíste que podías ser perseguido por un toro porque estabas vestido de rojo? Un mito más que fomentaron -aunque no dieron origen- los dibujos animados. En realidad los toros no pueden distinguir entre un atuendo, un pañuelo o una capa de color rojo, azul, negro o verde. Lo que más les llama la atención es el movimiento, y no se enfurecen con el rojo, pues no son capaces de distinguir los colores.




5. El correcaminos es más veloz que el coyote. ¿Quien no se desesperó más de una vez al ver que el pobre coyote no alcanzaba al veloz correcaminos de los dibujos animados? Pues si sucediera en la vida real, esta sería otra historia. El correcaminos no es más veloz que el coyote. El correcaminos alcanza una velocidad mediocre de 32 Km/h mientras que el coyote de 69 km/h. Una vez más fuimos engañados por los dibujos animados.

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