Los 5 libros malditos de la historia
Todo lector será asesinado
El “Libro de Thot” fue escrito y quemado durante el imperio egipcio, pero sus peligrosas enseñanzas no desaparecieron. Su autor fue el mismísimo Thot, ser mitológico conocido como el “Señor de la escritura y el conocimiento”. Para muchos investigadores sus saberes convirtieron las tierras de los faraones en una de las civilizaciones más influyentes de la historia. Según documentos encontrados, su lectura confiere poder sobre la tierra, el océano y los cuerpos celestes, da la facultad de interpretar el lenguaje de los animales, permite resucitar a los muertos y obrar a distancia. Se supo de su existencia a mediados del siglo XVII a partir del descubrimiento de varios papiros egipcios. Existe el mito de que toda persona que se había jactado de leerlo fue asesinada o sufrió graves accidentes.
El primer libro del mundo
También conocido como el "Libro de Dzyan", se lo considera el primer libro de la historia. Se cree que sus autores fueron seres que habitaron el planeta millones de años antes de la existencia del hombre. Algunos investigadores afirman que está compuesto por símbolos, imágenes y arcanos que sólo unos pocos elegidos podrían interpretar. Asimismo, se cree que habla sobre la existencia de seres inteligentes que habitaron la tierra hace 18 millones de años y del hundimiento de la Atlántida, por ejemplo. Circulan rumores de que una copia del libro original se encuentra escondida en un monasterio del Tíbet pero nadie pudo demostrar su existencia. Las pocas personas que aseguraron haberlo leído enloquecieron y murieron, víctimas de terribles pesadillas.
El manuscrito indescifrable
Se lo conoce como “El libro de Voynich” y está escrito en una lengua aún desconocida. Desde hace un siglo es materia de estudio de prestigiosos historiadores, lingüistas, matemáticos, ingenieros e incluso de astrónomos y botánicos. La Agencia Nacional de Seguridad estadounidense (NSA) intentó descifrar su contenido durante tres décadas y tampoco lo consiguió. Sin embargo, recientes teorías afirman que podría contener las fórmulas de poderosos venenos e incluso principios básicos sobre energía nuclear. Su lenguaje está compuesto por extrañas ilustraciones cosmológicas y plantas quiméricas que nadie ha identificado aún de manera concluyente. El profesor William Newbold, condecorado por descifrar mensajes alemanes durante la Primera Guerra Mundial, dedicó sus últimos años de vida a estudiar el manuscrito, pero fue perdiendo la cordura gradualmente hasta su muerte.
Necronomicón; el libro de las leyes de los muertos
Es una invención del mítico escritor Howard Lovecraft. Su nombre original es “Al Azif” y fue escrito durante el año 730 d.c. por Abdul Alhazred, apodado el “poeta loco”, que murió devorado por un demonio invisible a plena luz del día. El autor advierte que su lectura puede conducir a la locura, generar pesadillas y visiones horrorosas. En sus páginas se agrupan los conocimientos de un culto antiquísimo, plagadas de invocaciones, ritos y arcanos supuestamente perdidos. Para antiguos investigadores encerraba un saber siniestro y divulgaba peligrosos secretos. Por este motivo el Papa Gregorio IX ordenó destruir sus traducciones en griego y latín, y prohibió que se volviera a publicar. Sin embargo, varias copias sobrevivieron. La Universidad de Buenos Aires y la Biblioteca de Wiedener, entre otras instituciones, poseen una versión editada en el siglo XII.
Excalibur, una puerta al manicomio
Su autor es L. Ron Hubbard, fundador de la cienciología, quien declaró en 1948 que se inspiró para escribirlo durante los ocho minutos que clínicamente estuvo muerto mientras lo operaban. Se dice que su contenido da las respuestas a todos los enigmas que históricamente acompañaron al hombre, ¿De dónde venimos? ¿Cómo se creó el Universo? ¿Existe un Dios? Hubbard aseguró que contenía un saber absoluto y poderoso, y las claves de la existencia humana. Las primeras copias que realizó circularon entre sus amigos más íntimos, pero todos comenzaron a sufrir alteraciones mentales y muchos de ellos fueron internados en distintas clínicas psiquiátricas. Por esta razón decidió no publicarlo, pero se estima que algunas copias circulan entre las personas que se inician en la cienciología.
El “Libro de Thot” fue escrito y quemado durante el imperio egipcio, pero sus peligrosas enseñanzas no desaparecieron. Su autor fue el mismísimo Thot, ser mitológico conocido como el “Señor de la escritura y el conocimiento”. Para muchos investigadores sus saberes convirtieron las tierras de los faraones en una de las civilizaciones más influyentes de la historia. Según documentos encontrados, su lectura confiere poder sobre la tierra, el océano y los cuerpos celestes, da la facultad de interpretar el lenguaje de los animales, permite resucitar a los muertos y obrar a distancia. Se supo de su existencia a mediados del siglo XVII a partir del descubrimiento de varios papiros egipcios. Existe el mito de que toda persona que se había jactado de leerlo fue asesinada o sufrió graves accidentes.
El primer libro del mundo
También conocido como el "Libro de Dzyan", se lo considera el primer libro de la historia. Se cree que sus autores fueron seres que habitaron el planeta millones de años antes de la existencia del hombre. Algunos investigadores afirman que está compuesto por símbolos, imágenes y arcanos que sólo unos pocos elegidos podrían interpretar. Asimismo, se cree que habla sobre la existencia de seres inteligentes que habitaron la tierra hace 18 millones de años y del hundimiento de la Atlántida, por ejemplo. Circulan rumores de que una copia del libro original se encuentra escondida en un monasterio del Tíbet pero nadie pudo demostrar su existencia. Las pocas personas que aseguraron haberlo leído enloquecieron y murieron, víctimas de terribles pesadillas.
El manuscrito indescifrable
Se lo conoce como “El libro de Voynich” y está escrito en una lengua aún desconocida. Desde hace un siglo es materia de estudio de prestigiosos historiadores, lingüistas, matemáticos, ingenieros e incluso de astrónomos y botánicos. La Agencia Nacional de Seguridad estadounidense (NSA) intentó descifrar su contenido durante tres décadas y tampoco lo consiguió. Sin embargo, recientes teorías afirman que podría contener las fórmulas de poderosos venenos e incluso principios básicos sobre energía nuclear. Su lenguaje está compuesto por extrañas ilustraciones cosmológicas y plantas quiméricas que nadie ha identificado aún de manera concluyente. El profesor William Newbold, condecorado por descifrar mensajes alemanes durante la Primera Guerra Mundial, dedicó sus últimos años de vida a estudiar el manuscrito, pero fue perdiendo la cordura gradualmente hasta su muerte.
Necronomicón; el libro de las leyes de los muertos
Es una invención del mítico escritor Howard Lovecraft. Su nombre original es “Al Azif” y fue escrito durante el año 730 d.c. por Abdul Alhazred, apodado el “poeta loco”, que murió devorado por un demonio invisible a plena luz del día. El autor advierte que su lectura puede conducir a la locura, generar pesadillas y visiones horrorosas. En sus páginas se agrupan los conocimientos de un culto antiquísimo, plagadas de invocaciones, ritos y arcanos supuestamente perdidos. Para antiguos investigadores encerraba un saber siniestro y divulgaba peligrosos secretos. Por este motivo el Papa Gregorio IX ordenó destruir sus traducciones en griego y latín, y prohibió que se volviera a publicar. Sin embargo, varias copias sobrevivieron. La Universidad de Buenos Aires y la Biblioteca de Wiedener, entre otras instituciones, poseen una versión editada en el siglo XII.
Excalibur, una puerta al manicomio
Su autor es L. Ron Hubbard, fundador de la cienciología, quien declaró en 1948 que se inspiró para escribirlo durante los ocho minutos que clínicamente estuvo muerto mientras lo operaban. Se dice que su contenido da las respuestas a todos los enigmas que históricamente acompañaron al hombre, ¿De dónde venimos? ¿Cómo se creó el Universo? ¿Existe un Dios? Hubbard aseguró que contenía un saber absoluto y poderoso, y las claves de la existencia humana. Las primeras copias que realizó circularon entre sus amigos más íntimos, pero todos comenzaron a sufrir alteraciones mentales y muchos de ellos fueron internados en distintas clínicas psiquiátricas. Por esta razón decidió no publicarlo, pero se estima que algunas copias circulan entre las personas que se inician en la cienciología.
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