Una Bala Milagrosa (Caso curioso)

El 14 de noviembre de 1874 en la localidad estadounidense de Vicksburg el doctor Thomas G. Capers publicó un artículo en el “American Medical Weekly” en que daba fe de haber sido testigo de un hecho tan extraño como insólito.





Todo sucedió en la batalla de Raymond, una de las 391 batallas de la Guerra Civil americana, junto al río Mississippi, el12 de mayo de 1863.
El doctor participaba en la batalla como cirujano cuando llegó a la posición de un soldado que casualmente era amigo suyo y que estaba herido de bala. La bala le había atravesado el escroto arrancándole casi de cuajo el testículo izquierdo. Mientras en una casa ubicada a muy pocos metros, y entre el sonido de los disparos, el doctor escuchó los gritos de una chica. Al acercarse a ella, una joven de 17 años, se percató de que también se encontraba herida de bala en el abdomen. La herida no era de gravedad pero había ingresado en la zona baja y demandó una cura rápida.
Seis meses después el doctor volvió a Raymond y allí se encontró con que la chica herida de bala estaba embarazada, aunque tras hablar ella le reconoció que no lo entendía, pues aseguraba no haber tenido jamás relaciones con varón alguno. El doctor obviamente no creyó en su virginidad hasta tres meses después, cuando se cumplieron los nueve meses de embarazo.
En el parto la jovencita, que seguía dando por hecho su virginidad, dio a luz un niño de más de tres kilos y medio en una operación que no tuvo complicación. Pero el niño no dejo de quejarse desde su nacimiento y semanas más tarde el doctor Capers operó al bebé al notar una especie de quiste cerca de la cadera. La operación se realizó sin problemas pero el desenlace fue el menos esperado por los que allí se encontraban. El niño tenía dentro de su cuerpo restos  una bala igual a las utilizadas por el ejército enemigo en la batalla de Raymond, una bala igual a la que había arrancado el testículo de su amigo.
El doctor no pudo llegar a otra conclusión: si la chica se declaraba virgen y su amigo había perdido un testículo, y los dos se encontraban en la misma trayectoria de la bala, esta había dejado embarazada a la muchacha. Aunque las posibilidades eran remotas, no había ni hubo otra explicación.
Investigado el caso, solo faltaba notificarle al supuesto padre, cosa que se hizo de inmediato. Lo cierto del caso es que tanto el militar herido como la muchacha virgen, se conocieron y se enamoraron. El caso terminó en casamiento.  Aunque la historia sea difícil de creer, el asunto se da por cierto dada la seriedad del doctor, la negativa de la muchacha con respecto a cualquier contacto sexual y el desconocimiento previo del caso por parte del soldado.

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