Los palos que se usaban como papel higiénico hace 2.000 años

Unas curiosas varitas de madera en cuyo extremo se ubicaba un trapo con el que nuestros antepasados se frotaban el ano después de acudir a las letrinas.




Una antigua letrina ubicada en un desierto al noroeste de China ha desvelado que los hombres y mujeres que viajaban por la ruta de la seda (una serie de caminos comerciales ubicados en Asia para la compraventa de este material) fueron los responsables de la propagación de una serie de enfermedades infecciosas hace más de 2.000 años. Y todo ello, gracias a la ayuda de varios «palos de higiene», unas varitas que -hace dos milenios- se usaban como papel higiénico.
Los encargados de realizar este descubrimiento han sido los miembros de un grupo de investigación (la mayoría, pertenecientes al Departamento de Arqueología y Antropología de la Universidad de Cambridge). Y sus mayores aliados, estos palos para limpiar heces. Unas curiosas varitas de madera en cuyo extremo se ubicaba un trapo con el que nuestros antepasados se frotaban el ano después de acudir a las letrinas.
Estos curiosos inventos fueron hallados en los retretes de una gran posada llamada Xuanquanzhi ubicada en Tamrin, una región situada en el desierto de Taklamakan. A día de hoy, los expertos consideran que el lugar data del 111 a.C. (la dinastía Han) y estuvo activo hasta el 109 d.C.
El lugar habría recibido miles a miles de viajeros que transitaban por la ruta de la seda. Una serie de caminos, por cierto, que fueron utilizados entre los años 202 a.C. y 220 d.C. por comerciantes, exploradores, soldados y oficiales del gobierno que viajaban entre Asia Oriental y la región mediterránea de Oriente Medio.
La posada fue muy popular entre los viajeros que se alojaban allí y los funcionarios del gobierno, los cuales la utilizaban para herrar sus caballos y entregar cartas. Al exacavar en ella fue cuando se encontraron los palos de higiene, algunos todavía con el trapo.
Portadores de enfermedades
En los restos de heces hallados en estos palos, los expertos han encontrado huevos de cuatro especies de gusanos parásitos (helmintos): la lombriz intestinal (Ascaris lumbricoides), tricocéfalos (Trichuris trichiura), la tenia (Taenia), y la fasciola hepática (Clonorchis sinensis). Esta última especie sería una de las más peligrosas, pues puede llegar a causar dolor abdominal, diarrea, ictericia y cáncer de hígado.
Según los expertos, es imposible que la fasciola pudiera haber sido natural del desierto de Taklamakan debido a que solo puede crecer en zonas pantanosas. Eso implicaría que fue traída por su portador desde alguna región húmeda, y la más cercana se encuentra a una distancia de 1.500 kilómetros. De hecho, la ubicación en la que más aparece este parásito es en la provincia de Guandong, que se encuentra (a su vez) a 2.000 kilómetros de Dunhuang.
Por ello, los investigadores son partidarios de que la persona que fue infectada por la fasciola hepática pudo haber viajado desde esa región. Algo que, de poder demostrarse, llevaría a determinar que la ruta de la seda sirvió también para que las enfermedades infecciosas se transmitieran entre diferentes regiones.
«Cuando vi por primera vez el huevo duela hepática china por el microscopio sabía que habíamos hecho un descubrimiento trascendental. Nuestro estudio es el primero en usar la evidencia arqueológica de un sitio en la ruta de la seda para demostrar que los viajeros estaban llevando las enfermedades infecciosas con ellos durante estas enormes distancias», ha explicado Hui Yuan-Yeh, uno de los autores del estudio. (Informe21.com)


              


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