¿Por qué cuando nos ponemos nerviosos se nos suele secar la boca?

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Una de las sensaciones más desagradables que puedes experimentar cuando tratas de dar una charla ante un auditorio (aparte de quedarte en blanco) es notar que la boca se te va quedando seca, lo cual provoca que cueste cada vez más pronunciar adecuadamente, hasta que recurrimos a un botellín de agua (que debemos tener estratégicamente controlado) y tras dar un sorbo todo vuelve a la normalidad.

El hecho de que se nos ocurra es debido al momento de nerviosismo por el que, algunas personas, pasamos en el momento de estar y hablar frente al público (personalmente, por muchos años que lleve dedicándome a la divulgación, en todos los eventos en los que he participado me ha sucedido) y el responsable directo de la sequedad bucal es nuestro cerebro o, mejor dicho, las áreas del mismo (frontales e hipocampo) que se activan en momentos de estrés o ansiedad, lo cual afecta directamente a las glándula salivales y provoca que estas no hagan su correcta función de producir el líquido acuoso (saliva) que permite mantener la boca hidratada (y que ayuda a tragar los alimentos ingeridos a la hora de comer).

Ante un estado de estrés o nerviosismo nuestro cerebro se pone alerta, aunque sin detectar si por lo que estamos pasando realmente es por un momento de peligro o no. Así que pone toda su atención en preparar nuestro organismo para liberarnos de ese instante de angustia y, entre otras cosas, contrae los vasos sanguíneos que riegan las mencionadas glándulas salivales las cuales no expelen saliva hacia nuestra boca.

Curiosamente, el notar que la boca se nos está secando provoca que nuestro grado de nerviosismo vaya en aumento, lo cual empeora la cosa. De ahí que sea conveniente tener bien localizado algún vaso o botellín de agua (o llevarlo en la mano en el momento de dar la charla). Incluso algunos oradores experimentados aconsejan llevar algunos granos de sal en un bolsillo e introducírselos en la boca en el momento en el que se note la sequedad, ya que el cloruro sódico ayuda a que se activen las glándulas salivales.

El ‘síndrome de la boca seca’ también conocido como Xerostomia’, término que procede de los vocablos griegos ‘xeros’ (seco) y ‘stoma’ (boca).

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