Media docena de curiosos términos que hacen referencia a tonalidades de colores
Albahío: Blanco amarillento. Término que proviene del árabe andalusí ‘albahí’, cuyo significado era ‘resplandeciente’.
Albugíneo: Enteramente blanco. Del latín ‘albūgo’ que significaba ‘mancha blanca’.
Cerúleo: Azul claro, semejante al del cielo despejado o el de la alta mar (comúnmente conocido como ‘azul cielo‘ o ‘azul mar‘). Etimológicamente procede del latín ‘caeruleus’, de exacto significado y este derivaba de ‘caelum’ (cielo).
Coccíneo: Púrpura. Del latín ‘coccineus’ y éste de ‘coccĭnum’, el cual hacía referencia a ‘grana’ (rojo tirando a morado).
Flavo: De color entre amarillo y rojo, como el de la miel o el del oro. Del adjetivo latino ‘flavus’ que significaba ‘brillar’.
Leucofeo: De color gris o ceniciento. Llegó al castellano desde el latín ‘leucophaeus’ (de exacto significado) y este lo tomó del griego ‘leukóphaios’, formado por ‘leukós’ (blanco) y ‘phaiós’ (oscuro)
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