LAS SUPERSTICIONES MÁS RARAS QUE SE PRACTICABAN EN LA ANTIGUA ROMA

 

   

Revisemos algunas de las supersticiones de la antigua Roma. Te sorprenderá saber que algunas de ellas todavía se practican en el presente.

Los habitantes de muchas civilizaciones antiguas creían en rituales de magia y supersticiones para regir las decisiones de su vida diaria. Los romanos no fueron la excepción. Ya sea personas del pueblo o de las esferas más altas, hicieron de diversas supersticiones la clave para regir gran parte de sus actos. Revisemos algunas de las supersticiones de la antigua Roma. Incluso te sorprenderá saber que algunas de ellas todavía se practican en el presente.

Cargar a la novia después del casamiento

Para muchos romanos era casi una obligación que el esposo cruzara la puerta de su nuevo hogar llevando a su esposa en brazos. Hacer lo contrario era sinónimo de mala suerte en la nueva relación. Esta práctica todavía se puede ver en la actualidad en diversas partes del mundo.

Este acto viene de un mito fundacional de la ciudad que suele llamarse “La violación de las sabinas”; la palabra “violación” procede del latín raptio, que significa “rapto”.

Según la versión contada por el historiador romano Livio, Roma se fundó hacia el siglo VIII a.C. por bandidos, casi todos varones, que luego asaltaron las aldeas de sus vecinos, los sabinos, para secuestrar mujeres y hacerlas sus esposas.

Por ello, la tradición de que el novio llevara a su novia al otro lado del umbral representaba la reticencia de la novia a convertirse en esposa romana y su deseo de permanecer con la familia de su padre.

La mano izquierda

Para los romanos, el lado izquierdo simbolizaba el mal, mientras que el derecho eran todas las virtudes del ser humano. La palabra latina sinister, significa “en el lado izquierdo”, lo que llevó al idioma inglés a retomarla para referirse a algo maligno o siniestro.

El origen de esta creencia puede datar de los indoeuropeos, ancestros de los romanos, según algunas fuentes como el autor Anatoly Liberman. Este investigador afirma que los indoeuropeos creían que las oraciones debían dirigirse al sol cuando salía por el este.

Eso los habría llevado a colocar la mano izquierda en el norte al hacer una oración; y la dirección norte representaba el mal porque se pensaba que era la ubicación del inframundo indoeuropeo.

Con el tiempo, la mano izquierda comenzó a considerarse maligna. Los romanos compartieron su desconfianza supersticiosa hacia el lado izquierdo con otros descendientes de los indoeuropeos, como los griegos, germanos y celtas.

Todo ello hizo que los romanos asociaran el lado izquierdo con malos presagios. De ahí algunas creencias como levantarse con el pie izquierdo.

Auspicios

Los romanos solían tener una preferencia muy marcada por la magia y los rituales allegados a la misma. Uno de ellos era el de los auspicios, la práctica de adivinar el futuro mediante el estudio del comportamiento de las aves. La forma en que volaban o el número de ellas se tomaba como presagio de algo.

El auspicio era realizado por sacerdotes especializados en esta práctica adivinatoria. La idea era que el comportamiento de las aves reflejaba la voluntad de los dioses manifestada en el mundo natural, por lo que el destino podía leerse en el comportamiento de las aves, según Plinio.

Muchos gobernantes y políticos solían tomar decisiones importantes a través de los augurios, por lo que este ritual místico era considerado de suma importancia en la vida cotidiana de los hombres y mujeres más poderosos de Roma.

Leer el futuro con las entrañas de los animales

no solo guiaban sus decisiones mediante los augurios, sino también con otra práctica extraña: leer el futuro con las entrañas de los animales. Este ritual proviene de los etruscos y los sacerdotes que lo hacían eran conocidos como los arúspices.

El proceso para leer las entrañas de los animales podía tardar mucho tiempo. Primero se observaba al animal y su comportamiento. Luego se le vigilaba de cerca durante su agonía. Una vez muerto, se analizaban su entrañas, principalmente el hígado y el corazón, aunque la apariencia del estómago, riñones, bazo y pulmones también eran importantes.

Si se encontraba alguna diferencia importante en el hígado (lugar donde supuestamente reposaba el alma) o el corazón, ya era un augurio desfavorable. Una vez observadas las entrañas, se prestaba atención especial a la forma en que reaccionaban al ser quemadas.

Los animales que se usaban para esta actividad eran bueyes, ovejas o animales de corral.



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