La sabiduría, según Kant

 



Immanuel Kant, una de las figuras más destacadas de la Ilustración y del pensamiento moderno, no solo revolucionó la filosofía con sus ideas sobre la metafísica y la epistemología, sino que también ofreció una perspectiva única sobre la sabiduría.

Para Kant, la sabiduría no se limitaba al mero conocimiento; era un concepto enraizado en la ética, la autonomía y la comprensión profunda de la realidad.

Por una parte, Kant estableció una distinción fundamental entre conocimiento y sabiduría. Para él, el conocimiento estaba vinculado al acto de adquirir información a través de la experiencia y la razón. En cambio, la sabiduría no solo abarcaba la mera acumulación de datos, sino que también incorporaba la aplicación ética y práctica de ese conocimiento en la toma de decisiones y acciones diarias.

Sin embargo, un elemento central en la concepción de Kant sobre la sabiduría es su conexión intrínseca con la ética. La sabiduría, según Kant, no podía separarse de la capacidad de actuar de acuerdo con principios éticos universales

Desde su punto de vista, una persona sabia, no solo comprende el mundo, sino que también reconoce la importancia de tomar decisiones morales basadas en la autonomía de la razón.

Precisamente, la autonomía de la razón era un concepto clave en la filosofía kantiana y, por ende, en su concepción de la sabiduría. Para Kant, el sabio es aquel que puede pensar y razonar de manera independiente, liberado de la tutela de la autoridad externa o las tradiciones no cuestionadas. La sabiduría, entonces, implica la capacidad de tomar decisiones informadas basadas en principios racionales.

A mismo tiempo, también relacionaba la sabiduría con la búsqueda de la verdad. En el mundo kantiano, no se trataba solo de adquirir conocimientos objetivos, sino de comprender la verdad ética y moral. La sabiduría, desde la perspectiva de Kant, era la capacidad de discernir entre lo que es verdadero y lo que es éticamente correcto, integrando así la búsqueda de la verdad con la toma de decisiones éticas.

En su influyente ensayo, ‘¿Qué es la Ilustración?’, Kant abogó por el uso público de la razón y la autonomía intelectual como el camino hacia la sabiduría. La Ilustración, entendida como la liberación de la tutela autoimpuesta, era esencial para alcanzar una comprensión más profunda y una ética más clara. La sabiduría, para Kant, implicaba la capacidad de pensar críticamente y actuar de manera autónoma en la búsqueda de la verdad y la ética. Pero a pesar de su énfasis en la autonomía y la ética, Kant era consciente de las limitaciones humanas. No consideraba que los seres humanos fueran capaces de conocer la realidad última o la esencia última de las cosas. La sabiduría, según Kant, no implicaba un conocimiento absoluto, sino una comprensión práctica y ética dentro de los límites de la experiencia y la razón humanas. Así se refleja en una de sus citas:

“La razón humana se preocupa por problemas a los que no puede renunciar, pero tampoco responder”.

Y es que, Kant divide el conocimiento en intuiciones, procedentes de una sensibilidad directa del mundo y en conceptos, procedentes indirectamente del entendimiento. En su argumento, la evidencia empírica aporta parte de nuestro conocimiento –de la sensibilidad y del entendimiento-; la otra parte la conocemos a priori.

“Las intuiciones, sin conceptos, son ciegas, los conceptos, sin intuiciones, son vacíos; solo de su conjunción surge el conocimiento”.

“La razón solo puede penetrar en aquello que produce según pautas que le son propias”

En resumidas cuentas, la sabiduría según Immanuel Kant trasciende el conocimiento convencional. Para él, ser sabio es más que acumular datos; se trata de aplicar ese conocimiento de manera ética y autónoma. La ética, la autonomía y la búsqueda de la verdad eran elementos fundamentales en su visión de la sabiduría.

En la actualidad, las ideas de Kant siguen siendo una fuente de reflexión sobre la naturaleza de la sabiduría y cómo esta va más allá de la simple adquisición de información. La sabiduría, según Kant, es un viaje ético y autónomo hacia una comprensión más profunda y significativa de la realidad.

Una filosofía revolucionaria

La importancia de Immanuel Kant (1724-1804) fue tan enorme, que, a partir de su obra (Crítica de la razón pura, Crítica de la razón práctica, Fundamentación de la metafísica de las costumbres), la filosofía experimentó una transformación radical: el llamado «giro copernicano»

Nació en una familia de artesanos con dificultades económicas. Aunque nunca salió de su provincia natal, fue un filósofo internacionalmente famoso estando aún vivo. Kant estudió filosofía, física y matemáticas en la Universidad de Konigsberg, y enseñó en la misma institución durante casi 30 años. En 1792, Federico Guillermo II le prohibió la docencia debido a sus ideas poco ortodoxas, aunque volvería un lustro después, tras la muerte del rey.

Aunque Kant publicó a lo largo de toda su carrera, es sobre todo conocido por las obras revolucionarias que desarrolló entre 1750 y 1760. Pese a poseer una personalidad sociable e ingeniosa, nunca llegó a casarse, y murió a los 80 años.(Muy Interesante)








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