La polémica costilla de Adán
A lo largo de su historia, la tradición religiosa católica dominante en occidente, nacida del judeo-cristianismo, ha hecho una importante diferenciación entre hombres y mujeres, tanto es así que en los puestos relevantes dentro de la Iglesia no se permite la presencia de mujeres. En parte, esta diferenciación (que se ha mantenido hasta nuestro siglo XXI) ha sido atribuida a un pasaje concreto de la Biblia, donde se nos habla de que la mujer fue hecha a partir de una «costilla de Adán» mientras éste dormía plácidamente.
Este pasaje, que ha sido interpretado como una forma de justificar el trato injusto y desigual que se ha dado a la mujer dentro del marco de la religión católica a lo largo de la historia, pero parece que esto podría deberse a un mero error de traducción y no a una intencionalidad manifiesta del autor/autores de los textos bíblicos.
Para entender esto, debemos remontarnos a los tiempos de los sumerios, cuya mitología englobaba unas figuras conocidas como ME, creaciones de los dioses cuyo fin era mantener el equilibrio en nuestro mundo. Estas creaciones incluían diversas artes, oficios y habilidades, entre las cuales encontramos una fundamental para nuestra historia, el TI.
La escritura cuneiforme de los sumerios tenía una pequeña trampa, y es que algunas palabras podían significar cosas distintas según el lugar del texto donde fuesen escritas, y concretamente la TI podía significar o «el poder de dar la vida» o «costilla», según su colocación. El Mito sumerio del génesis nos relata como el dios Enki crea tanto al hombre como a la mujer en igualdad de condiciones, labor que realiza mediante el TI (en este caso traducido como «poder de dar la vida»).
En tiempos de Nabucodonosor los judíos pasaron un tiempo de exilio en Babilonia, a invitación del propio rey, y se cree que éstos pudieron tomar un contacto más profundo con la mitología sumeria, que los judíos ya conocían desde Abraham aunque de forma menos exhaustiva. Se cree que muchos de los mitos sumerios fueron adoptados por los judíos, incluyendo el de la creación y otros como el Libro de Job, el Pentateuco, el Cantar de los Cantares o la vida de Sargón de Akhad, que sirvió para dar forma al personaje de Moisés.
No queda claro si el hecho de que en la traducción tomasen la palabra TI como «costilla» y no como «poder para dar vida» obedece a un mero error o a la misoginia, pero parece extraño que se trate de un error debido a la minuciosa redacción de la Torah, redactada atendiendo a valores numéricos muy concretos y estrictos.
En resumen, que aquellos que sostienen que la mujer es inferior porque lo dice la Biblia, van a tener que buscar otra excusa para validar tan ridículo argumento.
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