Curiosidades historicas que seguro no sabias
Muertes raras
Felipe I, mas conocido por Felipe El Hermoso (1478-1506), marido de Juana La Loca, murió en Burgos el 25 de noviembre de 1506 tras beber agua fría después de un partido de pelota.
El rey Maximiliano de Austria (1459-1519) padre de Felipe El Hermoso y suegro de Juana La Loca, murió en 1519 de una indigestión de melones.
Este rey tan previsor, fue enterrado en el un ataúd que desde hacía años llevaba siempre consigo.
Lady Fitzherbert, quien murió a finales del siglo XVIII, dos días después de tener que abandonar el teatro Drury Lane, donde había acudido en compañía de unos amigos a disfrutar con la representación de La ópera del mendigo, del escritor británico John Gay, interpretada por el famoso actor Bannister. Según recogen las crónicas, para interpretar su papel, Bannister tenía que vestirse de forma extraña, lo que provocaba la risa de todo el auditorio. Al parecer semejante escena provocó en Lady Fitzherbert una risa incontrolable que, desembocó finalmente en una histeria, lo que la obligo a abandonar el teatro. Dos días después fallecía en su domicilio como consecuencia de los estertores que le provocaban la risa histérica.
Robert Leech sobrevivió, en 1911, a un paseo en barril por las cataratas del Niágara, cuyo desnivel es de 47 metros. Tras semejante aventura, en la que se rompió casi todos los huesos del cuerpo, Leech inició una gira de conferencias por todo el mundo en la que contaba su experiencia. Pues bien, si hacemos caso a las crónicas, Leech murió en Nueva Zelanda, como consecuencia de las complicaciones surgidas tras pisar una piel de plátano y caerse. Eso que había sobrevivido a las cataratas del Niágara. (Esto es para creer en la hora de la muerte)
El escritor y naturalista latino Plinio el Viejo (Como, 23-Stabias, 79) se encontraba en las proximidades de Pompeya, al mando de una escuadra romana, cuando en el año 79 se produjo la erupción del Vesubio. Según parece Plinio tras observar el desastre desde su barco dirigió la flota hacía la costa para salvar a los supervivientes. Debido al estado de la mar no pudo acercarse a la costa, por lo que decidió desembarcar en la villa de Estabia, donde se alojó en casa de su amigo Pompeyano; y donde además se vio retenido por la llegada de la lava del Vesubio. Tras conseguir escapar de la villa con sus moradores se dirigieron hacía la playa, donde murió asfixiado por los vapores sulfurosos emanados de la lava del volcán.
Felipe I, mas conocido por Felipe El Hermoso (1478-1506), marido de Juana La Loca, murió en Burgos el 25 de noviembre de 1506 tras beber agua fría después de un partido de pelota.
El rey Maximiliano de Austria (1459-1519) padre de Felipe El Hermoso y suegro de Juana La Loca, murió en 1519 de una indigestión de melones.
Este rey tan previsor, fue enterrado en el un ataúd que desde hacía años llevaba siempre consigo.
Lady Fitzherbert, quien murió a finales del siglo XVIII, dos días después de tener que abandonar el teatro Drury Lane, donde había acudido en compañía de unos amigos a disfrutar con la representación de La ópera del mendigo, del escritor británico John Gay, interpretada por el famoso actor Bannister. Según recogen las crónicas, para interpretar su papel, Bannister tenía que vestirse de forma extraña, lo que provocaba la risa de todo el auditorio. Al parecer semejante escena provocó en Lady Fitzherbert una risa incontrolable que, desembocó finalmente en una histeria, lo que la obligo a abandonar el teatro. Dos días después fallecía en su domicilio como consecuencia de los estertores que le provocaban la risa histérica.
Robert Leech sobrevivió, en 1911, a un paseo en barril por las cataratas del Niágara, cuyo desnivel es de 47 metros. Tras semejante aventura, en la que se rompió casi todos los huesos del cuerpo, Leech inició una gira de conferencias por todo el mundo en la que contaba su experiencia. Pues bien, si hacemos caso a las crónicas, Leech murió en Nueva Zelanda, como consecuencia de las complicaciones surgidas tras pisar una piel de plátano y caerse. Eso que había sobrevivido a las cataratas del Niágara. (Esto es para creer en la hora de la muerte)
El escritor y naturalista latino Plinio el Viejo (Como, 23-Stabias, 79) se encontraba en las proximidades de Pompeya, al mando de una escuadra romana, cuando en el año 79 se produjo la erupción del Vesubio. Según parece Plinio tras observar el desastre desde su barco dirigió la flota hacía la costa para salvar a los supervivientes. Debido al estado de la mar no pudo acercarse a la costa, por lo que decidió desembarcar en la villa de Estabia, donde se alojó en casa de su amigo Pompeyano; y donde además se vio retenido por la llegada de la lava del Vesubio. Tras conseguir escapar de la villa con sus moradores se dirigieron hacía la playa, donde murió asfixiado por los vapores sulfurosos emanados de la lava del volcán.
Según las crónicas de principios del siglo XX, Reichelt era un sastre austriaco afincado en París, quien aseguraba haber creado una capa que le permitiría volar como un murciélago. Para probar dicha capa pidió permiso para lanzarse desde la torre Eiffel. El permiso le fue concedido por los dueños de la torre con la condición de que pidiera permiso a la policía y de que firmara un documento que les absolviera de toda responsabilidad. Así, el 23 de febrero de 1912, el sastre, acompañado de curiosos, periodistas y fotógrafos realizó el último acto de su vida, subió al primer nivel de la torre desde donde se lanzó. Según parece confiaba en salir volando y salvar así su vida.
El luchador turco Yusuf Ismael murió ahogado en 1898, cuando el barco en el que viajaba de regreso a su patria, tras realizar un gira por los Estados Unidos, zozobró al chocar con otra embarcación. Lo curioso es que casi todos los pasajeros del barco lograron sobrevivir nadando, pero Yusuf se hundió, ya que se negó a deshacerse de los cinturones de oro que había ganado en sus combates en los Estados Unidos.
La muerte del emperador romano Sexto Vario Avito Basiano, fue bastante singular. Cuentan las crónicas que era bastante extravagante, y pese a su corta edad cuando fue elegido, catorce años, estaba obsesionado con la muerte. Al parecer, se hizo construir un patio de pórfido al pie de sus habitaciones para, en caso de peligro de muerte, poder saltar y matarse. También parece ser que llevaba un anillo hueco lleno de veneno, un puñal de oro y una cuerda, también de oro, para poder estrangularse por si todo lo anterior fallaba. Pero, aunque sea sorprendente, fue asesinado por su guardia personal, quienes le ahogaron con la esponja que los romanos utilizaba en lugar del actual papel higiénico, cuando el joven emperador, de tan sólo dieciocho años, cumplía con sus necesidades fisiológicas.
Crisipo (Soli, 281-¿?, 208 a.C.),el filósofo estoico griego, discípulo de Zenón de Citio y notable dialéctico, murió de un exagerado arrebato de risa que le provocó, según parece, la contemplación de una escena en la que un burro se comía unos higos. Debían ser unos higos chumbos, porque si no, no se entiende que le pareciera tan graciosa la escena. Crisipo escribió más de 700 tratados, de los que se conservan sólo algunos fragmentos.
El famoso escritor español Félix Lope de Vega y Carpio (Madrid, 1562-Madrid, 1635) murió el 27 de agosto de 1635, con 72 años, y tras una vida sumamente agitada y llena de lances amorosos. Según cuenta la historia la enfermedad que le llevó a la tumba se la había causado el mismo, ya que sometía su viejo cuerpo a duras y continuas flagelaciones como forma de penitencia porque, según cuentan se consideraba un pecador.
Rudolf Diesel (1858-1913), ingeniero e inventor alemán, auque nacido en París, estaba especializado en la técnica de refrigeración de motores. Así, a partir del año 1893 de dedicó a mejorar el motor de combustión interna inventado por Nikolaus Otto. Inventó así un sistema que utilizaba en lugar del vapor de agua, amoniaco súpercalentado, logrando así cuadruplicar el rendimiento de los motores. Pero por desgracia Diesel no patentó su invento, por lo que fueron otros los que se enriquecieron con el. Cuentan que Diesel, arruinado y desesperado desapareció en un viaje por el Canal de la Mancha. Se rumoreó entonces que se suicidó arrojándose al mar.
San Pantaleón, que vivió en el siglo III, era un reputado médico que trabajó como médico personal del coemperador romano Galerio Maximiano. Además, practicaba la medicina gratuita con todos los pobres. Según parece otros médicos, celosos de su fama y fortuna, le denunciaron por su altruismo y por su religión al emperador Diocleciano, feroz perseguidor de los cristianos. Así Pantaleón fue condenado a muerte en el año 305. Lo curioso es que, según su leyenda, para matarlo los verdugos hubieron de probar hasta seis métodos diferentes: ahorcamiento, plomo fundido, hogueras, fieras hambrientas, la rueda, y finalmente la espada, con la que le decapitaron.
Bagoas (siglo IV a.C.), militar y cortesano persa, ha pasado a la historia como un experto asesino. Estuvo primero al servicio de Artajerjes III Ocos, rey de Persia, a quien envenenó en el 338. Posteriormente estuvo al servicio de su sucesor, su hijo Arsés, a quien también envenenó, esta vez para entronizar a Darío III Codomano. Curiosamente Bagoas murió también envenenado, según cuenta la historia por la ingestión forzosa del veneno que él mismo había preparado para matar a Darío III.
Arquímedes (287-212 a. de C.) murió a manos de un soldado romano que le atravesó con su espada, enfurecido por el hecho de que Arquímedes le rogaba que no pisara unos dibujos científicos que había trazado en la arena de la playa.
Todo sucedió en contra de las ordenes dadas por el cónsul romano que había invadido Siracusa, la ciudad natal de Arquímedes.
Todo sucedió en contra de las ordenes dadas por el cónsul romano que había invadido Siracusa, la ciudad natal de Arquímedes.
Calcas fue el más importante adivino de la Grecia del siglo XII a. de C. Su intervención en la guerra de Troya fue decisiva, ya que aconsejó la construcción del famoso caballo. Por esto y por otras cosas más era un hombre respetado y muy famoso entre los griegos. Paradójicamente, un vecino le vaticinó a él, que no bebería del vino de las viñas que estaba en ese momento plantando, puesto que moriría. Unos años después los viñedos dieron su fruto y salió de ellos un excelente vino. Calcas invitó a su agorero vecino, quien le volvió a hacer la misma predicción. Esto provocó la risa de Calcas, que pasó a unas convulsas carcajadas que terminaron con la asfixia y la vida de este.
Esquilo (Eleusis, 525 a. de C.-Gela, 456 a. de C.) famoso dramaturgo griego, Perteneció a la generación que destacó por su triunfo sobre los invasores persas. Contribuyó a dar forma definitiva a la tragedia griega con la incorporación del segundo actor. Las siete tragedias que se conservan son: Las suplicantes (c. 490), Los persas (472), Siete contra Tebas (467), Prometeo encadenado y la trilogía de la Orestíada (458). Murió al ser golpeado por una tortuga que se cayó de las garras de un águila que casualmente volaba sobre él.
Papa Juan XII (Roma 937-Roma, 964) no tuvo nada de apostólica. Al parecer fue sorprendido in fraganti por el esposo de una de sus amantes. El ofendido esposo, sin tener en cuenta la santidad del pontífice, no dudó el propinarle a Juan XII una gran paliza. Y fue a consecuencia de dicha paliza que Juan XII murió tres días después.
Enrique III de Navarra (Castillo de Pau, 1553-París, 1610), convertido en 1589 en Enrique IV de Francia tuvo una muerte bastante extraña, ya que murió asesinado por un fanático católico llamado François Ravaillae. Parece ser que la conversión al catolicismo de Enrique IV para hacerse con el trono de Francia no convenció a Ravaillae, más si tenemos en cuenta los antecedentes de Enrique, que a lo largo de su vida había cambiado hasta casi diez veces sus preferencias religiosas, pasando del catolicismo al protestantismo según su conveniencia.
El Papa Benedicto VI (Roma, ¿?-Roma, 974) Fue elegido, en enero del año 973, sucesor de Juan XIII gracias al apoyo del emperador Otón I el Grande. Al morir éste, ese mismo año, se desencadenó la secta antialemana que conquistó después de un duro asedio el castillo de San Ángel y lo encarceló. Finalmente Benedicto VI murió estrangulado en la cárcel, donde había sido recluido por orden de Crescencio I, jefe de la facción romana. Había pasado año y medio desde su elección.
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