¿De dónde surgió el ambientador en forma de pino que se lleva en el coche?
Muchísimos son los automóviles en los que se puede apreciar un arbolito en forma de pino que cuelga del espejo retrovisor y que se utiliza como ambientador.
Su inventor fue Julius Sämann, un químico de origen alemán que tuvo que huir de la Alemania nazi debido a su ascendencia judía.
Se estableció a vivir en la población de Watertown (Estado de Nueva York) y la cercanía de su residencia con la frontera canadiense lo llevó a visitar frecuentemente este país con el propósito de estudiar las fragancias que desprendían los árboles, extraerles los aceites con las esencias y ver la manera de incorporarlos en pequeñas láminas que desprendiesen los aromas que recordasen a los olores de dichos árboles.
En 1952, un lechero le comentó sobre la peste que desprendía su camión por culpa de la leche que se le iba derramando y una vez ésta ya se había echado a perder, algo que era olorosamente desagradable al tener que pasar tantas horas conduciendo dentro del vehículo.
Sämann quiso ayudar al lechero aportando sus conocimientos con las fragancias de los árboles y tras realizar varias pruebas acabó ideando un ambientador que era capaz de camuflar los malos olores al mimo tiempo que desprendía un agradable aroma que recordaba al olor de los pinos canadienses. Se trataba de un pedazo de papel acartonado impregnado con un aceite de esencia de pino y recubierto de celofán, del que sobresalía un cordón para poder ser colgado.
Pensó que como iría colgado en el camión del lechero lo mejor sería darle un diseño que fuese agradable para la vista, por lo que colocó la silueta de una atractiva y exuberante pin-up.
El ambientador creado por Julius Sämann triunfó entre todos los repartidores que llevaban mercancías olorosas, pero se dio cuenta que la vida útil de cada uno era relativamente corto, debido a que el celofán que lo recubría se caía rápidamente y con mucha facilidad, por lo que trabajó en crear un sistema que alargase el producto y no dejase desprenderse el celofán que debía mantener la fragancia más tiempo, encontrándolo en un nuevo diseño: un ambientador en forma de pino.
La forma cónica del pino era propicia para que los usuarios fuesen desprendiendo poco a poco el celofán y el ambientador pudiese llegar a durar hasta un máximo de siete semanas.
En 1954 presentó la patente, creó la empresa Car-Freshner y en muy poco tiempo se popularizó entre todo tipo de automóviles y conductores.
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