Siete curiosos fetiches que quizás no conocías
La humanidad en la historia se las ha arreglado para encontrar placer en diversas presentaciones. Algunos comportamientos indudablemente desafían a los más convencionales; sin embargo, retratan los extraños senderos de la sexualidad. En pleno siglo XXI la tecnología y otros aditivos han puesto un acento en la exploración del sexo, dando como resultado alocadas formas de recibir y dar placer que oscilan entre la cordura y la locura.
1) Ballooning
Consiste en la excitación sexual con el contacto con globos. Este fetiche se extiende a distintas modalidades, por lo que cada individuo tiene sus preferencias que se basan en tamaños, marca o colores de globos. Aquí los que se excitan con esta práctica disfrutan de inflarlos para luego hacerlos estallar, o para disfrutar de su tensa textura. Los “looners” como se les llama en estas lides, suelen incrementar el placer sexual a medida que los globos se inflan cada vez más, y alcanzan el orgasmo al explotar ese globo completamente inflado. Además, en esta práctica (al parecer más común en hombres) ver a mujeres inflando globos es un deleite.
2) Rubberismo
Es la atracción sexual a personas que llevan ropa de látex, o a las prendas mismas. La práctica utiliza diversos materiales, que van desde el caucho, polivinilo o como se dijo anteriormente el látex. Los fetichistas llamados "Rubberists" o en el plano gay “Rubbermen”, usan este material por su relación con algunos artículos relacionados con la sexualidad como condones o juguetes sexuales. Pueden disfrutar viendo a parejas simplemente usándolo, o teniendo relaciones sexuales, por lo que existe una infinita variedad de diseños como capas, catsuit, trajes de buzos o chaquetas ajustadas, botas, máscaras, etc. Es toda una cultura -incluso el rubberismo tiene su propia bandera-, y alcanza otras actividades en el campo del BDSM (Bondage, Disciplina; Dominación y Sumisión; Sadismo y Masoquismo).
3) Autonepiofilia o infantilismo parafílico
Los individuos sienten la necesidad de vestirse (y actuar) con ropa de bebé. Es frecuente llevar pañales con la intención de ser tratado como un niño pequeño, lo que deriva en un “bebé adulto”. Por lo general suelen ser varones heterosexuales, los que se excitan sexualmente. En las sesiones puede o no estar presente la emisión de orina, un factor que detona aún más la carga erótica de esta actividad. La persona que cuida al bebé adulto puede cambiar el pañal, dar biberón, o poner crema o polvos en la zona genital, para continuar con caricias y masturbación hasta la consecución del orgasmo. Cabe destacar que en ningún caso las personas que practican “o sufren” esta parafilia no sienten inclinación sexual hacia los niños. Solo disfrutan vistiéndose y comportándose como uno, obteniendo en el círculo del BDSM un buen lugar para cumplir sus fantasías.
4) Yiffing o Ursusagalamatofilia
Abarca la práctica de relaciones sexuales con personas vestidas con disfraces de animales, también deriva en la excitación y la masturbación con muñecos de peluche. Entre algunas de las explicaciones para entender este comportamiento, refieren la combinación entre la dulzura que transmiten los peluches y el morbo sexual. En todo caso, es importante distinguir esta parafilia de la zoofilia, (cópula con animales). La ursusagalamatofilia no se trata de tener sexo con perros, pandas u ovejas, sino de fantasear con animales antropomórficos a través de seres humanos que puedan caracterizarlos con máscaras, felpas o disfraces.
5) Mecanofilia
Es un tipo de parafilia en la que se siente una gran atracción sexual hacia las máquinas, como vehículos de cuatro ruedas. Aquí no excita tener relaciones sexuales dentro de un automóvil, sino la sexualización de la máquina, los encuentros sexuales con personas se descartan. Todos aquellos que sufren o disfrutan de la mecanofilia se sienten tremendamente atraídos (incluso llegan a tener sentimientos de amor) por cualquier dispositivo de origen mecánico, ya sean grandes como un avión o un helicóptero, medianos como una bicicleta o un robot, o pequeños como una batidora, tostadora o computadora.
6) Sploshing
El sploshing es una práctica que consiste en esparcir alimentos o bebidas sobre el cuerpo para experimentar placer sexual. La actividad abarca todo tipo de comida, y es frecuente y muy estimulante para quienes disfrutan del sploshing hacer un desastre en el que la totalidad del cuerpo queda embadurnado.
El sploshing fue practicado en la antigüedad por los griegos y romanos, siendo frecuentes fiestas donde se disfrutaba el ser cubiertos por alimentos cremosos o pegajosos -como podríamos nosotros hacer en la actualidad con el chocolate líquido-, usando aceite, leche o huevos.
7) Nurubeccho
Esta es una variante de la salirofilia, fetichismo sexual en el que se obtiene placer al ensuciar o denigrar el objeto de placer. Si en esta práctica es frecuente el uso de la saliva, semen u otras secreciones humanas, ahora alcanza un nuevo nivel gracias al ingenio sexual de los japoneses. En el nurubeccho, una práctica que poco a poco se ha convertido en un subgénero de la pornografía -sobre todo en Japón-, las relaciones sexuales son aderezadas con una especie de “baba”, slime o blandiblu al mejor estilo de la saliva de la criatura en Alien (1979). La práctica aún parece no estar muy extendida, pero en Japón es bastante popular, donde existe mucho material audiovisual con estas actividades y tiendas con este misterioso producto, que sirve para ser derramado en parejas o grupos mientras se mantienen relaciones sexuales. Sin duda es un guiño al sexo de ciencia ficción, con litros y litros de este viscoso líquido vertidos en la piel de quienes practican el nurubeccho. Una especie de retorno primigenio al líquido amniótico femenino o la fantasía por excelencia de los amantes del bukkake y la saliva
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