¿Cuál es el origen del término ‘inmunidad’?
Conocemos como inmunidad a la resistencia (tanto natural como adquirida a través de vacunas, de forma natural o farmacología) hacia ciertos patógenos y enfermedades (por ejemplo, ser inmune a un virus).
Pero también es usado este mismo término para hacer referencia a cierto privilegio que poseen algunos individuos a consecuencia de su rango, cargo o estatus, que los puede librar de ser juzgados o que están exentos del pago de un tributo (por ejemplo, la inmunidad parlamentaria).
Ambos vocablos, a pesar de ser idénticos no significan lo mismo ni proceden de la misma raíz etimológica (es lo que se conoce como palabras homófonas).
El uso de la forma ‘inmune’ (en relación a la excepción de un pago, castigo u obligación de cumplir algún requerimiento) es muchísimo más antiguo que el que hace referencia al de estar protegido de una enfermedad o contagio.
Antiguamente, a algunos lugares de culto (como templos, conventos o iglesias) se les concedía ciertos privilegios y dispensas, por el cual las personas que allí dentro se encontraran no sufrirían la persecución o castigo de las autoridades, motivo por el que algunos delincuentes y criminales allí se refugiaban. Muchos de estos acababan teniendo esa inmunidad frente a la justicia gracias a estar resguardados en ese lugar y un gran número acababan redimiendo sus pecados y delitos convirtiéndose a la vida religiosa.
También se aplicaba a aquellas personas que servían al pueblo a través de un estamento de carácter gubernamental (como por ejemplo los parlamentos o las embajadas), además de disfrutar de esa inmunidad frente a la justicia los miembros de una Corte Real.
Para encontrar la aplicación del vocablo en referencia a la protección frente ciertas enfermedades, debemos ir hasta Louis Pasteur, quien, durante el último cuarto del siglo XIX, le dio ese otro sentido a los términos ‘inmune’ o ‘inmunidad’, debido a que en esa época centró gran parte de sus estudios e investigaciones científicas a las vacunas y la eficacia de estas.
La primera aparición del término ‘inmune’ en el diccionario fue en la edición de 1780 (Academia Usual) con la única acepción de: ‘Libre y exênto de algun riesgo, peligro, cargo, ó pension, ó el que tiene el privilegio de inmunidad. Immunis’.
No fue hasta la edición de 1925 cuando ya apareció un segundo significado: ‘No atacable por ciertas enfermedades’.
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