La Historia del palillo de dientes.
Todo tiene historia, y a menudo una historia insospechada. También el palillo de dientes, conocido en algunos países como mondadientes. Desde tiempos de las primeras civilizaciones ya estaba presente en las mesas. La higiene de la dentadura era una preocupación, porque tenían miedo a perder los dientes.
Origen del palillo de dientes
Antes de que existiera el cepillo de dientes existió el palillo. Hace cinco mil años los habitantes de Mesopotamia usaban ramitas de areca o palmera india a modo de palillo para desalojar de las zonas interdentales los restos de comida y evitar el mal aliento y la caída prematura de las piezas dentarias. En el mundo antiguo, quien perdía los dientes corría el peligro de morir de hambre.
El palillo de dientes en el Antiguo Egipto
Conservar sana la dentadura era asunto de tanta importancia que en Egipto una de las especialidades médicas más prestigiosas hace cuatro mil años era la de dentista. Ya entonces se recomendaba el uso de una fibra vegetal para limpiar los espacios entre dientes.
Los dentistas egipcios conocían los efectos perniciosos de una mala dentadura y sugerían pintorescos remedios para conservarla, entre ellos el palillo de dientes, cuya acción era precedida por el clíster o lavativa dental tras cada comida.
Los etruscos, famosos por la blancura de sus dientes, fueron los primeros en crear una escuela de odontología hace dos mil cuatrocientos años. No sólo hacían trasplantes de muelas sino que para conservarlas recomendaban el uso de mondadientes que ellos mismos elaboraban y daban a sus pacientes.
El palillo de dientes en la Antigua Grecia
En la Grecia clásica utilizaban como palillo de dientes las ramitas de lentisco preparadas para ese fin, y también utilizaron el cañón de pluma de ave. Lo llamaban dentis calpium, cuya traducción literal es la de escarbador de dientes, objetos populares que no faltaban en la mesa.
Se recomendaba no ser fiero en su uso, y como era tarea a veces tediosa, muchos la ponían en manos de un esclavo. También podían servir de alfileres de emergencia, por estar rematados en cabeza redonda.
El palillo de dientes en la antigua Roma
En la antigua Roma era normal el cuidado de la dentadura. El poeta hispano latino Marcial habla de su dentista Cascellius. También Escribonius Largus, médico del emperador Claudio e inventor de la pasta de dientes, recomendaba el uso de palillos hace dos mil años y reñía a su señor por descuidar esa práctica. En la Antigüedad existieron palillos de dientes de muchas clases:
- Palillos rígidos de cabeza redonda.
- Mondadientes de marfil.
- Palillos de dientes de hueso, de hierro, de cobre y también de oro.
Pero se pusieron de moda en los primeros siglos de la era cristiana los palillos de dientes masticables procedentes de un arbusto africano conocido como salvadora pérsica, que todavía utilizan muchas tribus africanas. El tráfico y comercio importante de este artículo da fe de la generalización de su uso en el mundo antiguo.
Historia del palillo de dientes en la Edad Media
En la Edad Media parece que Mahoma repasaba sus dientes con un mondadientes tras la última comida del día, hábito que mantuvo, y respecto del cual cuenta la tradición que estando en su lecho de muerte pidió a su sirviente Zayd ben Halid, nombrado por él “señor del mondadientes”, que le trajera un palillo de dientes o especie de palito biselado llamado miswak, nombre árabe de la salvadora pérsica.
Acaso del cuidado puesto por el llamado Profeta en el tratamiento de sus dientes derive el interés de la Medicina islámica medieval por esta parte del cuerpo.
Los mondadientes de oro y plata eran recomendables porque podían ser esterilizados al fuego. Y también, los de biznaga por ser planta abundante y por ello asequible y barata. No obstante, la conveniencia de su uso, el mondadientes ha sido considerado costumbre de gente poco educada.
El palillo en la época moderna y contemporánea
Hurgarse los dientes comenzó a estar mal visto en el siglo XVII en Francia, y era tan desaconsejable como eructar en público. El cardenal Richelieu, valido de Luis XIII, al observar que el canciller Pierre Séguier se mondaba los dientes con la punta de un cuchillo dio orden de que en adelante los cuchillos se redondearan en el extremo para que, careciendo de punta, no pudieran ser utilizados como mondadientes.
Sin embargo en el siglo XVIII, el padre de la odontología moderna, Pierre Fouchard, en su libro El cirujano dentista (1723), asegura que él siempre llevaba consigo un mondadientes de metal y un cepillo de dientes de cerdas.
Fue entonces un útil higiénico de gran acogida. En los inventarios del tesoro real de Viena figuran mondadientes de oro con cabeza de diamantes o rubíes; también los había de hierro con esmaltes en verde guardados en estuches de oro.
Historia del mondadientes en la época actual
Su uso en nuestro tiempo está en recesión. Esto se debe a la censura social o interdicto caído sobre él en cuanto a si es o no de buena educación andarse en los dientes tras la comida. Hay división de opiniones a este respecto. En muchos países figura en las mejores mesas como un utensilio más.
En otros, como Francia, nadie se atreve a usarlo en público ya que lo consideran acción intolerable entre gente de cierto tono, sin embargo estos mismos franceses no dudan en llevarse a la boca la punta del tenedor con propósito similar. Curiosamente, en los Estado Unidos de Norteamérica no ponen palillos de dientes en la mesa, pero sí junto a la caja registradora. Los mondadientes están claramente visibles en una especie de vaso o copa para que el cliente salga con él.
Comments
Post a Comment