El Ombligo



El Ombligo

Es la unidad que vincula al feto con la madre, y a través del cual éste recibe los alimentos. El ombligo aparece dotado de numerosas funciones simbólicas: 1.-Centro del cuerpo, determinante de la sexualidad y del erotismo, 2.- Nexo entre el hombre y la madre tierra, factor que define el destino, punto central del hombre, de la Tierra y del cosmos 3. - Recurso terapéutico de gran valor.
El Ombligo es la cicatriz que queda expuesta sobre el abdomen después de la caída del cordón umbilical. Parte del cordón umbilical que permanece adherida al recién nacido y que se desprende posteriormente.
El origen del Ombligo es el residuo, en los mamíferos placentarios, del cordón umbilical es un cordón que une un embrión en vías de desarrollo o feto a su placenta. Contiene arterias principales y venas (las arterias umbilicales y vena umbilical) para el intercambio de sustancias nutritivas y sangre rica en oxígeno, entre el embrión y la placenta. Cuando el feto nace, el cordón umbilical se corta y se deja sólo una pequeña cicatriz (el ombligo).

El Ombligo

Es la unidad que vincula al feto con la madre, y a través del cual éste recibe los alimentos. El ombligo aparece dotado de numerosas funciones simbólicas: 1.-Centro del cuerpo, determinante de la sexualidad y del erotismo, 2.- Nexo entre el hombre y la madre tierra, factor que define el destino, punto central del hombre, de la Tierra y del cosmos 3. - Recurso terapéutico de gran valor.
El Ombligo es la cicatriz que queda expuesta sobre el abdomen después de la caída del cordón umbilical. Parte del cordón umbilical que permanece adherida al recién nacido y que se desprende posteriormente.
El origen del Ombligo es el residuo, en los mamíferos placentarios, del cordón umbilical es un cordón que une un embrión en vías de desarrollo o feto a su placenta. Contiene arterias principales y venas (las arterias umbilicales y vena umbilical) para el intercambio de sustancias nutritivas y sangre rica en oxígeno, entre el embrión y la placenta. Cuando el feto nace, el cordón umbilical se corta y se deja sólo una pequeña cicatriz (el ombligo).


Cultura

El ombligo se vincula con un sinnúmero de conceptos mágicos, místicos y míticos; su estudio es parte importante de la historia de las religiones y, con eso, del pensamiento filosófico2
Para hindúes y budistas, hebreos y griegos, el ombligo es el principio de todo: ya que por él comienza a enraizar el embrión; en tanto que los polinesios lo consideran el fin. Según ellos el ser humano termina su gestación, nace, se separa de su madre, y el ombligo es la marca de su perfecto acabamiento.
La creencia de que la tierra es el centro del universo perdura durante milenios; era dogma de la Iglesia todavía en 1835, tres siglos después de Galileo. Desde luego, centro y ombligo se equivalen; y en la cosmogonía de los antiguos, en ambos mundos, el centro-ombligo es el lugar sacratísimo de la creación, el único punto donde es posible la comunicación con la morada de los muertos y de los dioses: cielo e inframundo
Desde épocas inmemoriales el ombligo, por su emplazamiento en el cuerpo humano, se ha vuelto símbolo del centro: de cualquier centro, terrestre, celeste o imaginario, en su proyección cosmogónica.
El ombligo es el asiento del alma, el punto de mayor espiritualidad en la anatomía humana; el lugar de elección para encontrar la armonía cósmica; el tercer ojo que contemplan los hesicastas, quienes anhelan ver la luz increada del Tabor.


El ombligo como centro erótico

El filólogo y antropólogo Gutierre Tibón, en su libro El ombligo como centro erótico, explica la importancia que en Japón se le da al ombligo, clasificando noventa y seis tipos de ombligos distintos. Tal vez esto explique una de las operaciones estéticas que desde hace unos años está de moda entre las japonesas es el Hesodashi, que consiste en operarse el ombligo para tenerlo rasgado. El motivo es que las japonesitas irónicamente tienen el ombligo redondo, mientras que las occidentales a las que quieren imitar lo tienen rasgado (la visualización de tanto cómic Manga debe producir estas formas extrañas de comportamiento).3
En Las mil y una noches se menciona en varios de sus cuentos y se le adjudica al ombligo la cualidad de "recipiente que contiene poderosos aromas afrodisíacos".
Para los griegos, el ombligo debía de estar en el centro exacto entre el pecho y los genitales y era considerado como el centro del cuerpo de la vida, de la existencia, del universo.
El historiador italiano Gutierre Tibon tiene un libro titulado El ombligo como centro erótico, en el que dice:
Es el centro de la respiración y de la rosa de los vientos. Es símbolo del útero y, contradictoriamente, del falo; se identifica con la Luna, principio mujeril, y con el Sol, masculino por excelencia. Es andrógino y, sin embargo, connaturalmente femenino. Sol, Luna; pero también estrella: la Polar, eje del universo.
El modo de formarse esta cicatriz dio lugar en otros tiempos a tremendas controversias para saber si era racional representar con ombligo a Adán y Eva.
La ropa que deja ver el ombligo es una moda practicada sobre todo por las mujeres jóvenes. La exposición de un ombligo desnudo ha sido un tabú en la sociedad occidental, ya que el ombligo ha sido considerado un estímulo visual erótico. Hoy al ombligo se le da una función puramente estética e incluso se llega a decorar con artilugios metálicos (piercing), sirve como excusa para escribir libros (El ombligo del mundo, de Ramón Pérez de Ayala, o Todos los ombligos son redondos, de Álvaro de Laiglesia, por ejemplo).
Una preocupación común, aunque inofensiva, es la formación de pelusilla en el ombligo. Sin embargo, esto ha sido objeto de estudio en experimentos científicos serios.
En la Edad Media también se cuidaba su valor estético; a los niños pequeños se les envolvía como una momia mientras se les colocaba una bola de plomo en la cicatriz del cordón umbilical para conseguir un hermoso y profundo ombligo, método que se ha seguido hasta la actualidad, aunque utilizando bolitas de algodón o lana en vez de plomo. También se le consideró como sede de la lujuria en la mujer (en la actualidad vuelve a ser centro de atracción erótica, aunque esta idea sugiere más una fantasía masculina que un hecho fisiológico).
Otros conceptos sobre la función umbilical son más curiosos. Como ejemplo tendríamos a los unmatjera, una tribu aborigen australiana, que pensaban que los llamados muris o "gérmenes de los niños" se escondían tras las rocas o los árboles esperando entrar en las mujeres por el ombligo para embarazarlas, sin relacionar realmente el orificio de dar a luz con el de la concepción.

Pelusilla del ombligo

La pelusilla del ombligo es la acumulación de fibras sueltas en el ombligo.
Mucha gente descubre que, al principio y al final del día, ha aparecido una pequeña bola de pelusa en su ombligo. El porqué ha sido objeto de conjeturas durante muchos años, pero en 2001 el doctor Karl Kruszelnicki de la Universidad de Sydney (Australia) realizó una encuesta sistemática para obtener datos sobre la pelusa del ombligo.4 5 Sus principales hallazgos fueron los siguientes:
· La pelusa del ombligo consiste principalmente en las fibras sobrantes de la ropa, mezcladas con piel muerta y algo de vello.
· La pelusa se desplaza de abajo arriba y no al revés como sería más "verosímil". El proceso migratorio es el resultado de la fricción del vello corporal con la ropa interior, que arrastra las fibras sueltas hacia el ombligo.
· Las mujeres tienen menos pelusilla en el ombligo debido a que su vello corporal es más fino y corto. Por el mismo motivo, los hombres mayores, por tener vellos más ásperos y numerosos, acumulan una mayor cantidad de pelusa.
· La coloración azul se debe a la existencia de fibras azules en la mayor parte de las prendas de vestir.
· La existencia de pelusilla en el ombligo no reviste ningún peligro para la salud.
La dedicación del doctor Kruszelnicki para resolver este misterio le valió una recompensa en 2002, cuando recibió el premio Ig Nobel por la Investigación Interdisciplinar.6
Graham Barker, de Perth (Australia), está en el libro Guinness de Récords por acumular la mayor cantidad de pelusa umbilical. Ha estado coleccionando su propia pelusilla casi todos los días desde el 17 de enero de 1984, y produce alrededor de 3,03 mg cada día. Al contrario de lo que dice el estudio del doctor Kruszelnicki, su pelusa tiene un tono más bien rojizo, a pesar de que no suele llevar ropa roja.2
Recientemente, el Journal of Medical Hypotheses ha publicado un trabajo del químico Georg Steinhauser, basado en 503 muestras de su propio ombligo, que concluye que la composición de la pelusilla contiene, además de fibras de tejido, células muertas, grasa y proteínas, aventurando la hipótesis de que podría tener una función en la limpieza de esta zona del abdomen. Así mismo, observa un papel crucial del vello en su formación, siendo por tanto menor en las mujeres, y no apareciendo tras la depilación. Como dato curioso, el estudio también incluye la observación de que los tejidos viejos producen menos pelusilla que los nuevos.789


¿Para qué sirve el ombligo?

Una vez que hemos nacido y el ombligo ha cicatrizado éste no sirve para nada, así de sencillo. Pero como los humanos tenemos que darle una utilidad o
explicación a todo, finalmente, se le han dado algunas utilidades. Algunos médicos lo utilizan como punto de referencia en algunas exploraciones, como la laparoscopia . Pero voy a intentar explicar que encierra todo ese apasionante mundo que hay alrededor del ombligo. El ombligo nos indica de dónde venimos. Es el lugar por el cual nos era introducido el alimento a través del cordón umbilical en el momento de nuestra gestación, nuestra fuente de vida. Es nuestro nexo de conexión con nuestra madre. Después de nacer ese "cordón umbilical" es cortado y de nada nos sirve esa cicatriz circular que nos queda de por vida. Pero como seres curiosos, una vez adultos buscamos un significado, una utilidad, un simbolismo a esta concavidad que todos los seres humanos poseemos

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